Pensamientos Agustinianos Para que sepamos amar a Dios, ha de conocérsele; y para que el hombre sepa amar al prójimo como a sí mismo, debe primeramente, amando a Dios, amarse a sí mismo (CS 118,8,2) # Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con Facebook
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