Pensamientos Agustinianos Si se enfría nuestro amor, se entumece nuestra actividad. El amor que hay en el rostro de Dios, a quien ahora deseamos, y por quien ahora suspiramos, cuando lleguemos a estar con Él (CS 85, 24) # Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con Facebook
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